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Compartir un alimento nos brinda momentos de bienestar |
Como lo mencionamos en "
el ser humano y la cocina", hablar del ser humano implica las tres dimensiones: física, mental y espiritual. Esto nos lleva a plantearnos ¿cuál es estado idóneo del ser?, pues sencillamente (aunque no lo sea a nivel reflexión), a tener un equilibrio entre las 3 dimensiones.
Entonces ¿para qué?, ¡pues para estar bien!. Aunque decir "estoy bien" puede llevar consigo imprecisión, porque lo que es bueno para uno, no lo es para el otro; pero hablamos del concepto de "bienestar" como un estado del ser humano, cuando se conjuntan factores que le hacen tener una buena calidad de vida, ya que obtiene satisfacción personal o social. Y cuando hablamos de Wellness como el resultado de la iniciativa personal por encontrar un estado óptimo, integral y equilibrado de la salud en múltiples facetas. El término ha sido definido por el National Wellness Institute (con sede en Wisconsin) como "un proceso activo mediante el cual nos concienciamos y hacemos ciertas elecciones en vistas de una existencia más plena."
Si la cocina nos hace humanos, entonces parte de la búsqueda de plenitud debe estar en esta actividad y claro que lo está, o ¿porqué entonces hacemos sobremesa?, ¿porqué hacer un banquete en un evento social?, ¿porqué reconforta una sopa de la abuela?, ¿porqué nos gustan las parrilladas?... ¿porqué invitamos a tomar un café, té o un helado?, la respuesta es simple: Porque nos hace bien y porque nos hace felices.
Cuando hablamos de la búsqueda del bienestar o wellness, muchos imaginan que es cumplir con estereotipos y que ser feliz sinónimo de tener un coche, casa con jardín, dinero para satisfacer deseos, etc., pero en realidad hablamos de que al cocinar con un enfoque wellness. se busca comer lo mejor y de la mejor manera posible, disfrutándolo. Cuando no existe un enfoque de bienestar se come con excesos, cocinando con mucho desperdicio, satisfaciendo "antojos" antes de nutrición, se come por impulsos, no de hambre y se generan los vicios y enfermedades. Bien decía Hipócrates "Que la comida sea tu alimento y tu alimento tu medicina". Hablando de equilibrio, en la cocina Meshi nos inspira una máxima: “
aurea mediocritas” la dorada medianía, se lleva con la síntesis de la frase: “Nada con exceso, todo con medida” y de la inspiración de los pueblos prehispánicos de México (más precisamente de los mexicas-nahuas).
Los aztecas demostraban una increíble sencillez en todos los aspectos de la vida cotidiana. Autores y cronistas europeos a menudo quedaban impresionados por lo que percibían, como una ejemplar frugalidad, sencillez y moderación.
Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla y virrey de la Nueva España en 1640 informó:
"Los he visto comer con gran deliberación, en silencio, y con gran modestia, cosa que se manifiesta en la paciencia que muestran en todos sus hábitos, la cual también se muestra al comer así, ya que no permiten que el hambre los alteré o apure por satisfacerla"
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